viernes, 9 de septiembre de 2016

LA ISLA DE SAN LUCAS: la historia escrita en las paredes de sus celdas.




 Un viaje de gran belleza natural,
de bosques secundarios y de  historias escalofriantes.


La isla de San lucas vista desde el Puerto de Puntarenas


Hace ya muchos años que deseaba visitar la isla. Caminar Costa Rica es lo mío desde que cumplí 50 años y me regalé subir al Chirripó, nuestra montaña más alta. Ese fue el límite entre seguir reposando tranquila en mi casa o ponerme las botas y recorrer todos los lugares que, yo pensaba, estaban esperándome. Así que convencí a mi hijo Rodrigo y a mi hermano Manrique, para que se aventuraran hacia la isla prisión, la isla montañas, la isla paisajes hermosísimos, la isla de historias inhumanas de dolor y olor a muerte.  No podían faltar Rebeca, Brenda, Angie y María José. Éramos 7 los que emprendimos, ese domingo 4 de setiembre, el tan esperado viaje.


El grupo de aventureros

El muelle en la Bahía 
de San Lucas





El Muelle con la hermosa
vista del golfo 

Mucho se ha escrito sobre la Isla de San Lucas. Que tiene casi 500 hectáreas de terreno y que, desde su clausura, está siendo reforestada. Que está habitada por monos congos, ardillas, murciélagos, venados e iguanas, así como por una gran variedad de insectos.  Que está a 7 km del puerto de Puntarenas, y que fue la prisión más temida de Costa Rica desde su creación en 1873. Bueno, al puro principio fue más bien un lugar donde se desterraba a los políticos no queridos por el dictador, Tomás Guardia. Más adelante, si fueron trasladados al penal personas que, por su “peligrosidad”, había que tenerlos con todo un mar de por medio.  La población oscilaba entre los 14 y los 35 años aproximadamente y, en el año de 1900, habían 215 prisioneros y 30 empleados, además de los animales que ellos, los reclusos, cuidaban como parte de su trabajo en la isla: 150 cabezas de ganado y 10 caballos. Su vegetación original había sido sustituida por pastos, así que la isla era como un gran potrero para el ganado. Aclaro que no era para su abastecimiento, era ganado de exportación, cuyas ganancias pasaban al estado. En el 2001, la isla fue declarada como Refugio de Vida Silvestre y el 26 de setiembre del 2002, Patrimonio Histórico Arquitectónico de Costa Rica.



Esta casona era el dispensario sanitario de la isla




La calzada está construida en tres partes, 
una central
más alta y dos laterales inclinadas hacia los caños
































El presido fue cerrado en 1991 pero los aires de cambio ya venían soplando desde los años 80 o antes, dada la cantidad de vejaciones a las que vivían sometidos  los reclusos en este penal, hacinados en 7 celdas donde podían vivir hasta 70 de ellos en cada una de ellas, sin camas para dormir, con una hora de sol por día, mal comidos y atormentados por los malos  tratos de los guardianes y de sus propios compañeros de celda.
La desobediencia y los intentos de fuga eran castigados severamente. Para ello contaban con las “celdas de castigo”, conocidas como “el foso” y “la plancha”. El primero era un tanque para la recolección de agua que no funcionó bien por lo que   tuvieron la brillante idea de convertirlo en una celda, donde la temperatura, durante el día, podía alcanzar los 60 grados centígrados. La desesperación de estos hombres era tanta, que los hacía gritar y pedir que los sacaran de allí.


El interior del foso
Pequeña entrada del foso. 
Una tortura inimaginable, de un
calor insoportable


La “Plancha” era un espacio compuesto por tres celdas, oscuras y húmedas, donde los reclusos pasaban los días y las noches entre olores nauseabundo en compañía de las alimañas que ingresaban a toda hora.  Estos dos lugares eran realmente enloquecedores y algunos de estos hombres murieron aquí.
 Entrada a " La Plancha"



El pasillo y las 3 celdas 
de castigo. En el espacio central 
se acumulaban
el agua y los excrementos de los reclusos

Todos estos datos y algunos más pueden ser encontrados en la Internet. Basta tomar un par de horas de nuestro tiempo para  encontrarlos.

La isla es muy hermosa, pero su historia, su verdadera historia, está escrita en las paredes de las celdas. Fue ahí donde encontré la muestra más dramática del dolor humano, de la tristeza, del odio, del amor, de la soledad, del abandono, de las terribles torturas. Todo está plasmado en esas paredes, testigos silenciosos que gritan, atormentados, el sufrimiento de estos seres humanos llevados a la más baja condición. El hombre convertido en bestia; bestias los reclusos, bestias los custodios, bestias los que cerraban los ojos ante tales injusticias.

¿Quién hubiera imaginado que “Chara”, (¡qué lindo nombre! ¿verdad?) como se la conocía en tiempos de la colonia, iba a ser parte de uno de los capítulos más vergonzoso y triste de nuestra patria?.

El objetivo de mi viaje era la fotografía, de manera que no les voy a contar más de su historia, se la voy a mostrar. Lo que vi, lo que me dijeron los muros, lo que captó mi lente fotográfico. (A veces siento que no soy yo la que dirige la cámara, que es ella la que me guía. Después, cuando veo por primera vez las fotos, descubro cosas que no sabía que había captado y esto siempre me sorprende. Bueno, no tienen que entender esto, es algo que a veces ni yo misma lo entiendo.)

Ahora no sé si decir “¡aquí se las dejo, disfrútenlas!”. Me parece, por su contenido, muy inadecuado, así que solo diré:


Aquí se las dejo; son muchas; escogeré las menos que pueda.


 Las figuras y los rostros femeninos tienen 
un lugar preponderante en el penal




Caballón dejó su firma en la isla
 Los "Hijos del Diablo"
 se le llamó a una pandilla o banda
 de presos que, durante la década de los años 70, 
hizo estragos en la antigüa Penitenciaria Central
 y Caballón fue uno de sus miembros


















Los temas religiosos y satánicos están presentes en todas las celdas.







En una de las celdas, el contenido sexual
en las paredes es fuerte, violento, explícito.












Algunos de los rostros femeninos son visiblemente masculinos






 El foso fue un tanque de agua que no sirvió para lo que fue construido, pero la imaginación del hombre no tiene límites y lo convirtió en uno de los lugares más temidos del penal.













Los grilletes fueron utilizados en algún momento de la historia de la Isla de San Lucas.











La mujer del bikini rojo, un relato horrible, lleno de violencia, de sadismo, de injusticia.





                   Esta celda, la de arriba del edificio, fue el escenario de una matanza sin nombre. El aposento de abajo, donde se guardaba el maíz, fue incendiado para castigar a uno de los reos, en el piso de arriba, sin importar el hecho de que todos murieran sofocados por el calor de las llamas del piso inferior.






     Consuelo




















Fui y conocí, tomé las fotos y me quedé con un sentimiento de impotencia, de dolor. No sé, talvés hubiera preferido no dar testimonio de este lugar. Tengo sentimientos encontrados pero estos baches de la historia deben ser recordados para no repetirlos nunca más. Existieron, no son un cuento macabro inventado por alguien . Lo siento, lo siento mucho.



Ana Álvarez Rojas
4 de setiembre del 2016

17 comentarios:

  1. Gracias Ana, por la energía que proyecta tu sensibilidad...tu amor al prójimo,...tu corazón guía a la cámara y nos conduce a la reflexión. Gracias otra vez.

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  2. Muy buen trabajo, Ana, No me explico la existencia de personas que han pensado, seriamente, en la necesidad de reabrir ese dantesco penal.

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    1. Pues, aunque no lo crea, Otto Guevara lo ha vuelto a poner como tema de discusión.

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  3. Tus fotos son muy elocuentes, nunca he visitado la isla, creo que ese ambiente de dolor no me ha motivado.
    Pero gracias a Dios ya es parte de la historia

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    1. Gracias a vos Marietta. Si, por dicha que ese ambiente inhumano se cerró definitivamente.

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  4. Muy lindo Ana, Lo voy a postear en mi Facebook. Gracias

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  5. Esas paredes hablan
    Esos pisos lloran.
    En esos sitios, el aire
    estremece de delirios
    sepultados en cal viva

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    1. Gracias José. Hay algunas entrevistas a ex-reclusos que muestran la gravedad de su condición en San Lucas. Son pocas pues, aunque parezca raro, no hay mucho material en Internet. Casi todo ronda sobre lo mismo y son repeticiones casi textuales de artículos escritos por alguna periodista o sacados de algún blog

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  6. Orlando García-Valverde11 de septiembre de 2016, 11:04

    Sé que lo que se pretende es mostrar la sordidez de la historia y del sitio y eso lo lográs muy bien. Yo jamás he ido ahí y nunca iré. Ni fui a la Peni tampoco cuando era muy exclusivo y de artistas ir ahí, para saber que el tal espíritu pacífico y benévolo del tico (sobre todo cuando se concibe como una superioridad entre todos los demás americanos) es uno de los grandes mitos. Hay extensos textos sobre la agresividad pasiva del tico en criminología, en la historia de las guerras civiles internas, en los anales de la justicia. Y ahora, porque es tema de moda, en el acoso y el matonismo desde niños. Y está el testimonio en toda la historia: desde la Colonia hasta ahora. Actos tan abominables antes como ahora mismo, sólo que ahora solapados, ocultos o refinados. No hay nada más peligroso que un potencial criminal pero condicionado artificialmente a creerse inofensivo y a actuar como tal en su manifestación externa sin que la transformación haya sido integral. O que los demás estén igualmente condicionados a tomarlo como inofensivo sólo porque si es tico es inofensivo y bien intencionado.

    ¿Cómo podría pensar si desde niño veía en Guanacaste cómo otros niños y adolescentes desollaban las iguanas vivas para coger la piel y luego las dejaban ahí a morir dolorosamente por horas de horas, cómo degollaban cerdos lenta y dolorosamente para recuperar toda la sangre y cómo les clavaban los chuzos de hierro a los bueyes hasta que sangraban o las espuelas a los caballos. Cómo pateaban y azotaban a perros y gatos cuando consideraban que los estaban molestando y esto ya en todo el país y cómo compañeros míos y gente conocida pateaba a mendigos y se burlaba de ellos y cómo era un gran pasatiempo brincar encima de los sapos hasta que murieran o echárselos a las ruedas de los vehículos? Luego estudia uno la historia y ve la cantidad de torturas y fusilamientos y ahora de hacinamiento carcelario ahí vivito y coleando, pero además con todo un pueblo pidiendo que no se los alivie sino que se meta más gente a la cárcel y con toda una multitud de deudores de pensión alimentaria en prisión. No hay piedad por esos a quienes estamos sometiendo a lo mismo que en la Edad Media ni por el león Kibú porque importa más lo que digan las mierdas de leyes y reglamentos que nos rigen, que la vida y la condición del pobre león y entonces ahora, a hoy, todos los jerarcas a cargo dictaminan que habrá que esperar un par de meses para trasladarlo ¿por qué? Por lo que dicen unos putos papeles redactados por imbéciles o sádicos o ambas cosas que en este caso concreto se convierten en criminales, pero todo muy legalmente. No, no es urgente. Ojalá ese pobre animal muera hoy mismo porque importa más la ley que su sufrimiento. Yo me ofrecería a ir a darle un balazo.

    Entonces para mí no es nada nuevo y es algo que me angustia. Algo que podría cambiar pero sólo tras reconocer cada quien el grado de agresividad que llevamos dentro, la necesidad de enfrentarnos a nuestra propia cultura y enderezarla y de hacer a un lado el clisé publicitario de los más felices del mundo que no es más que una eficacísima excusa.

    Bueno, ya sé que ante vos soy el antipatriótico y todo eso, pero soy honesto; son éstos los sentimientos que me suscitaron tus fotos. Las de lo bonito, por cierto, muy bonitas. Sobre las demás ¿cómo puedo hablar de fotografía con esos temas al frente? Y ya sabés que te considero una artista de todos modos.

    No me hagás mucho caso porque cómo piense y sienta no debe ser algo que le arruine el momento a nadie más. Nada más dejáme que me exprese y gracias por eso. O.


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    1. Gracias querido Orlando y en lo que decís aquí no tengo nada que agregar. Gracias de nuevo

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  7. Ana he tenida la oportunidad de leer y obserbar las fotos de esta interesante expedición que hiciste,yo te felicito ,no sólo porque en ella plasmas rus verdaderos sentimientos hacia una cruda realidad muy nuestra,muy tica,sino porque tienes la fuerza y la valentía de denunciar el maltrato de lo que son víctimas muchos privados de libertad,hiy en día..yo también los siento,lo siento y lo lamento..son escenarios muy fuertes las que debiste haber visto.¡te agradezco el haber compartido tu experiencia,interesantísimo tu blog...ojalá nos sigas enseñándo la Costa Rica que muchos no conocemos..mucha suerte amiga.

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    1. Trataré de hacerlo Rocío, querida amiga, y gracias por tu comentario.

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  8. Este es un tema que me genera sentimientos bastantes encontrados e, igual, razones también bastante encontradas. Muchas veces me cuesta entender la solicitud de un trato humano, más bien humanista, para quienes -con sus actos- renuncian a ser tratados de esa manera. Me cuesta discernir entre la ética del tema, el sentido de justicia y la posible presencia de una venganza social. Igual, Ana, he visto con cuidado su propuesta aquí (texto y fotos) y le digo que no resuelve mis dilemas, a la larga los aumenta, pero lo que usted presenta lo está con seriedad y hasta con respeto para las partes, aunque -por ahí- flota su subjetividad con algunas valoraciones. Gracias, de todo modo, por compartir el tema y no verlo como un asunto turístico lo de la ida a San Lucas.

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  9. Turístico jamás. Digno de analizar su historia para saber de qué sociedad somos parte. Una sociedad que aparenta ser feliz y no lo es, que se hace de la vista gorda de sus verdaderos problemas en la familia, en la crianza, en la falta de compromiso por educar con amor a nuestros hijos. He ahí en esos recintos las pruebas de abandono para dejar al acecho de algunos con sed de maldad disfrazada de justicia.

    Mi madre me cuenta que de joven era un paseo llegar al Puerto y tomar una lancha abarrotada de gente para llegar a la isla y almorzar allá para comprar objetos decorativos que los mismos "reos" hacían para sobrevivir. Con curiosidad dejaban a los visitantes llegar a ser testigos de esos abusos y éstos a convencerse tal cez de que se lo merecían. Ese deseo de castigar convertido en abuso lo arrastramos como cadenas de maldición y muchos lo hemos sentido en la crianza, en la educación formal y claro está en la calle. Y continuamos hoy en día con las cárceles hacinadas, las escuelas con docentes maniatados por los padres de familia y con niños sin límites. Las iglesias vacías y los corazones de tanta gente sedienta de amor y depresiva, sin atención, sin afecto; seres humanos tuyidos sin esperanzas, sin ilusiones. Y ya no alcanzan las celdas; tampoco la tolerancia,ni el interés genuino por intentar cambiar el origen de tanto crimen que proviene del odio, del rechazo, del abuso en la infancia.

    La Peni, Isla San Lucas, El Buen Pastor, la reforma y cuantas más existan jamás alcanzarán para tanto dolor.

    Gracias Ana por contarnos de tu visita con esa perspectiva propia que tienes para mostrar lo que palpas. Me has llegado al corazón y esta reflexión me ha generado ideas, intentos tal vez superfluos de ayudar a otros a no llegar ahí: los niños y adolescentes en riesgo social.

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  10. Gracias a vos, Lorena por tu acertada reflexión. Un abrazo.

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Se les agradece sus comentarios, son parte de mi SENTIR...